1. Ésta es una pregunta que todo el mundo debe hacerse. Es verdad que
la paz no parece ser posible aquí. Sin embargo, la Palabra de Dios promete otras
cosas que, al igual que ésta, parecen imposibles. Y Su Palabra ha prometido
paz. Ha prometido también que la muerte no existe, que la resurrección tendrá
lugar y que el renacimiento es la herencia del hombre. El mundo que ves no
puede ser el mundo que Dios ama y, sin embargo, Su Palabra nos asegura que Él
ama al mundo. La Palabra de Dios ha prometido que la paz es posible aquí, y lo
que Él promete no puede ser imposible. Mas es cierto que hay que contemplar el
mundo de otra manera, si es que se han de aceptar Sus promesas. Lo que el mundo
es, es un hecho. Tú no puedes decidir lo que debe ser. Pero sí puedes decidir
cómo quieres verlo. De hecho, ésa es una decisión que tienes que tomar.
2. Volvemos nuevamente al tema de los juicios. Esta vez pregúntate qué
es más probable que sea verdad, tus juicios o la Palabra de Dios. Pues ambos
afirman cosas diferentes acerca del mundo, y tan opuestas que no tiene objeto
tratar de reconciliarlas. Dios ofrece salvación al mundo; tus juicios quieren
condenarlo. Dios afirma que la muerte no existe; tu juicio ve a la muerte como
el inevitable final de la vida. La Palabra de Dios te asegura que Él ama al
mundo; tus juicios afirman que el mundo no es digno de ser amado. ¿Quién tiene
razón? Pues uno de los dos tiene que estar equivocado. No puede ser de otra manera.
3. En el texto se explica que el Espíritu Santo es la Respuesta a
todos los problemas a los que tú has dado lugar. Estos problemas no son reales,
pero eso no significa nada para los que creen en ellos. Y todo el mundo cree en
lo que ha hecho, pues lo hizo al creer en ello. A esta extraña y paradójica
situación que no tiene sentido ni significado, de la que, sin embargo, no
parece que haya forma de escaparse, Dios ha enviado Su Juicio para reemplazar
al tuyo. Con gran ternura lo substituye. Y por medio de esa substitución, lo
incomprensible se vuelve comprensible. ¿Es posible la paz en este mundo? En tu
juicio no lo es ni lo será nunca. Pero en el Juicio de Dios, lo único que se
refleja aquí es paz.
4. La paz es imposible para los que promueven la guerra e inevitable
para los que ofrecen paz. ¡Cuán fácilmente, pues, te puedes escapar de tus
juicios acerca del mundo! No es el mundo lo que hace que la paz parezca
imposible. El mundo que ves es lo que es imposible. No obstante, el Juicio de
Dios acerca de este mundo distorsionado lo ha redimido y preparado para que dé
la bienvenida a la paz. Y la paz desciende sobre él en jubilosa respuesta. Ahora
la paz puede estar aquí porque un Pensamiento de Dios ha llegado. ¿Qué otra
cosa sino un Pensamiento de Dios podría trocar el infierno en Cielo solo por
ser lo que es? La tierra se postra ante Su misericordiosa Presencia, que, en
respuesta, se inclina para elevarla de nuevo. Ahora la pregunta es diferente. Ya
no es: “¿Es posible la paz en este mundo?”, sino: “¿Cómo sería posible que no
hubiese paz aquí?”.
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